domingo, 13 de diciembre de 2015

VIVIR EN ZONA INUNDABLE O PREVENIR LAS EMERGENCIAS

Población en riesgo de inundación

El pasado jueves 10 de noviembre el diario El País publicaba un artículo sobre inundaciones bajo el llamativo y alarmante título siguiente:"Más de 700.000 españoles viven en zonas de riesgo de inundación". 

La noticia se hacía eco del Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables de la Dirección General del Agua del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente donde vía web se puede acceder al detalle de todas las zonas inundables en España. A partir de esta información disponible aprovechaba para reflexionar sobre una realidad que no nos puede ser ajena ni pasar desapercibida: un gran número de viviendas están construidas dentro de zonas inundables de manera que es habitual que las inundaciones afecten a domicilios. Incluso peor, muchas de esas viviendas son de reciente construcción, lo que lo hace aún más incomprensible porque cuestiona la capacidad de la administración pública para controlar y garantizar la seguridad de los ciudadanos y demuestra que el urbanismo a menudo es ajeno a la seguridad y la prevención de los riesgos graves.


Imagen del sistema nacional de cartografía de zonas inundables

La cifra de 700.000 personas seguramente esté sobredimensionada porque derive de considerar toda la población residente en los edificios situados en zona inundable, aunque su domicilio particular se sitúe en una planta 2ª o superior y por lo tanto en realidad esté fuera de zona inundable. Sin embargo, aún reducida a una tercera o cuarta parte, la cifra es abrumadora porque no bajaría en el mejor de los casos de las 200.000 personas, es decir, un 0,5% de la población. Además, a esta cifra de población que reside en zona inundable hay que añadir todas aquellas personas cuyos centros de trabajo se ubican en zonas inundables así como los alumnos de centros escolares y los usuarios de centros del ámbito sociosanitario. Y como no actividades lúdicas y de ocio en zona inundable, sobretodo las ubicadas en medio natural como numerosos cámpings algunos de ellos situados incluso en el cauce de un río. Si a alguien le sorprende estas últimas referencias, siento confirmar que efectivamente hay centros escolares y equipamientos del ámbito sociosanitario ubicados en zonas inundables, y en algunos casos son de reciente edificación (¡ del siglo XXI !), y muchos cámpings ubicados en zona inundable y no faltan referencias de inundaciones que demuestren esta realidad. En definitiva, diariamente podemos situarnos en un 1% de población desarrollando su actividad diaria en zonas inundables y expuesta a una posible emergencia. 
Por desgracia, esta problemática solo aparece en la agenda pública y en la de los medios de comunicación de forma puntual cuando se produce alguna tragedia y rápidamente pasa al olvido. Incluso en algunos casos las informaciones distorsionan el origen del problema justificando la coexistencia de vulnerabilidad y peligro de inundación como si no hubiera la posibilidad ni la necesidad de evitarlo.


Inundaciones previsibles


Al hilo de esta realidad conviene recordar a uno de los grandes referentes en materia de gestión de riesgos graves de origen natural, el profesor Francisco Javier Ayala-Carcedo. En uno de sus últimos artículos publicado en 2002 y titulado "El sofisma de la imprevisibilidad de las inundaciones y la responsabilidad social de los expertos. Un análisis del caso español y sus alternativasreflexionaba sobre la falta de voluntad de evitar las catástrofes por inundación en España y afirmaba que siempre son evitables pero que sucede que no se quieren asumir las medidas de prevención necesarias. 

Concretamente, Ayala-Carcedo afirmaba que siempre es posible determinar con antelación, en "tiempo de paz", la potencial inundabilidad de un terreno mediante las herramientas de análisis y simulación disponibles (actualmente lo es incluso más porque dichas herramientas han mejorado sustancialmente en los últimos 10 años). Esto le llevaba a concluir que el problema real es qué se hacía con ese conocimiento disponible de las zonas inundables y concretaba que la ausencia de prevención y el intento de trasladar la solución a la gestión en tiempo real era la causa de las catástrofes por inundación de los últimos años en España
Ayala-Carcedo recordaba en su artículo como el 94% de las víctimas mortales de inundación en el período 1952 - 2002 lo habían sido por inundaciones repentinas de rápida evolución originadas por pequeños ríos. Y es que en el caso de los grandes ríos los tiempos de avenida son amplios (inundación "lenta") y la evolución del caudal permite anticipar la inundación varias horas e incluso días antes de su llegada y por lo tanto proteger a la población mediante gestión en tiempo real (avisos y evacuación). Pero por contra, en el caso de los ríos pequeños no es posible esta gestión porque la inundación provocada  por torrentes, ramblas, arroyos y rieras es tan rápida que no permite tiempos de previsión suficientes para proteger a la población. Ello, concluía Ayala-Carcedo en su artículo, nos lleva a una única medida viable para la protección de la población en el caso de las zonas inundables de ríos pequeños: evitar situar las actividades vulnerables (viviendas, actividades de ocio, ...) dentro de estas zonas inundables.


Fuente: @Skilache


Prevención y gestión de inundaciones

La realidad que describía el profesor Ayala-Carcedo en 2002 continua siendo tristemente vigente hoy en día. Y es que la tecnología ha avanzado ampliamente en los últimos años y ello nos permite (y obliga) a las administraciones públicas a ser más eficientes y eficaces en la gestión en tiempo real de la protección de la población frente posibles inundaciones, pero los límites siguen existiendo y no podemos en ningún caso menospreciar los riesgos y pretender someterlos siempre en base a mecanismos de gestión. 

Por eso, ahora que disponemos de forma pública de la cartografía de todas las zonas inundables en España, debemos asumir en cada caso la medida de protección a la población necesaria. En los casos en que la fase de gestión de la posible inundación sea un mecanismo viable para la protección de la población, debemos garantizar que funcionarán los protocolos previstos. Pero también, en los casos en que la gestión de la inundación no permita proteger a la población, deberemos aplicar con antelación y sin excusas la prevención urbanística y no permitir urbanizar en zonas inundables para evitar una catástrofe previsible.


El profesor Francisco Javier Ayala-Carcedo 


El profesor Ayala-Carcedo falleció en el año 2004. Académico y científico de los riesgos naturales, fue siempre un defensor de la adaptación del hombre al medio natural para evitar las catástrofes de origen natural. Ayala-Carcedo defendía que la adaptación al medio natural pasa no por la transformación del medio sino por condicionar nuestras actividades a los peligros de origen natural y sus ciclos. 

Defensor de la protección civil y la prevención de las emergencias y grandes catástrofes de origen natural, su obra de mayor importancia es "Riesgos naturales". Todos aquellos que tengan interés en profundizar en el conocimiento y la problemática de las catástrofes de origen (que no causa) natural, encontrarán en esta obra un referente para la consulta en todo momento.


Pueden consultar una breve nota biográfica del profesor Ayala-Carcedo en el siguiente enlace.

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